Palabra de Vida | Noviembre 2012 |
PALABRA DE VIDA – Noviembre 2012 «Respondió Jesús y le dijo: “El que me ama guardará mi palabra, y mi Padre lo amará, y vendremos a él y haremos morada en él”» (Jn 14, 23). Jesús está dirigiendo a los discípulos sus importantes e intensas palabras de despedida y, entre otras cosas, les asegura que lo volverán a ver porque se manifestará a quienes lo aman. Judas, no el Iscariote, le pregunta por qué se manifestará a ellos y no en público. El discípulo deseaba una gran manifestación externa de Jesús que pudiera cambiar la historia y ser más útil, según él, para la salvación del mundo. Los apóstoles pensaban que Jesús era el profeta tan esperado de los últimos tiempos, el cual aparecería revelándose a la vista de todos como el Rey de Israel y, poniéndose al frente del pueblo de Dios, instauraría definitivamente el Reino del Señor. Jesús, en cambio, contesta que su manifestación no sería ni espectacular ni externa. Sería una sencilla, extraordinaria «venida» de la Trinidad al corazón del fiel, que se hace realidad donde hay fe y amor. Con esta respuesta Jesús precisa de qué modo Él permanecerá presente entre los suyos después de su muerte y explica cómo será posible tener contacto con Él. «Respondió Jesús y le dijo: “El que me ama guardará mi palabra, y mi Padre lo amará, y vendremos a él y haremos morada en él”». Así pues, su presencia se puede realizar ya desde ahora en los cristianos y en medio de la comunidad; no es necesario esperar al futuro. El templo que la acoge no es tanto el que está hecho de paredes, sino el corazón mismo del cristiano, que se convierte así en el nuevo sagrario, en la morada viva de la Trinidad. «Respondió Jesús y le dijo: “El que me ama guardará mi palabra, y mi Padre lo amará, y vendremos a él y haremos morada en él”». Pero ¿cómo el cristiano puede llegar a tanto? ¿Cómo ser portador de Dios mismo? ¿Cuál es el camino para entrar en esta profunda comunión con Él? Es el amor a Jesús. Un amor que no es mero sentimentalismo, sino que se traduce en vida concreta y, de un modo más preciso, en guardar su Palabra. A este amor del cristiano, verificado por los hechos, Dios responde con su amor: la Trinidad viene a habitar en él. «Respondió Jesús y le dijo: “El que me ama guardará mi palabra, y mi Padre lo amará, y vendremos a él y haremos morada en él”». «…guardará mi palabra». Y ¿cuáles son las palabras que el cristiano está llamado a guardar? En el Evangelio de Juan, «mis palabras» son muchas veces sinónimo de «mis mandamientos». El cristiano, por lo tanto, está llamado a cumplir los mandamientos de Jesús. Pero éstos no se deben entender como un catálogo de leyes. Es necesario, más bien, verlos todos sintetizados en lo que Jesús quiso mostrar con el lavatorio de los pies: el mandamiento del amor recíproco. Dios pide a cada cristiano que ame al otro hasta la donación completa de sí mismo, como Jesús ha enseñado y ha hecho. «Respondió Jesús y le dijo: “El que me ama guardará mi palabra, y mi Padre lo amará, y vendremos a él y haremos morada en él”». Y entonces, ¿cómo vivir bien esta Palabra? ¿Cómo llegar hasta el punto en que el Padre mismo nos ame y la Trinidad habite en nosotros? Poniendo en práctica con todo nuestro corazón, con radicalidad y perseverancia el amor recíproco entre nosotros. En esto, principalmente, el cristiano encuentra también el camino de esta profunda ascética cristiana que el Crucificado exige de él. Es precisamente el amor recíproco el que hace que florezcan en su corazón las distintas virtudes y es con él como se puede corresponder a la llamada a la propia santificación.
Chiara Lubich
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lunes, 5 de noviembre de 2012
"y haremos morada en él..."
domingo, 4 de noviembre de 2012
Santo, santo, santo es el Señor
¿QUÉ ES ADORACIÓN?
"Vi al Señor sentado en
un trono alto y excelso. La orla de su manto llenaba el templo. De pie, junto a
él había serafines... y se gritaban el uno al otro: 'Santo, santo, santo es el
Señor todopoderoso, toda la tierra está llena de su gloria' " (Is
1,1-3)
1. Reflexión
La adoración es difícil de entender,
difícil de practicar y difícil de definir. Pero hay que intentarlo, como Isaías
intenta explicar su visión.
Todo lo que tiene que ver con la
relación entre el hombre y Dios nos resulta difícil, porque a Dios no podemos
aprehenderlo por los sentidos, sino que "Dios es espíritu" (Jn 4,24) y tenemos que acercarnos a él
también y sobre todo en espíritu. De la adoración se han dado, entre otras, las
siguientes definiciones:
- Es la expresión a la vez espontánea y consciente,
impuesta y voluntaria, de la reacción compleja del hombre impresionado por
la proximidad de Dios; conciencia aguda de su insignificancia y de su
pecado, confusión silenciosa, veneración trepidante y agradecida, homenaje
jubiloso de todo su ser (Sal 5,8).
- Esta reacción de fe, puesto que efectivamente invade
todo el ser, se traduce en gestos exteriores, y apenas si hay adoración
verdadera en que el cuerpo no traduzca de alguna manera la soberanía del
Señor sobre su creación y el homenaje de la criatura conmovida. (L.
Dufour).
- Adorar es reverenciar con sumo honor y respeto; rendir
a la divinidad el culto que le es debido, amar en extremo (J. Cornwall).
- Adorar a Dios es reconocerle como Dios, como Creador y
Salvador, Señor y Dueño de todo lo que existe, como Amor infinito y
misericordioso (CEC 2096).
- Adorar a Dios es reconocer, con respeto y sumisión
absolutos, la nada de la criatura, que sólo existe por Dios. Adorar a Dios
es alabarlo, exaltarle y humillarse a sí mismo, como hace María en el
Magnificat, confesando con gratitud que él ha hecho grandes cosas y que su
nombre es santo" (CEC nº 2097).
- Es la respuesta apropiada del hombre, con palabras y
expresiones, a la revelación del amor de Dios, a través de Jesucristo, con
él y en él (J.Custer).
- Adorar es expresar reverencia, tener un sentimiento de
temor. Inclinarse delante del objeto de adoración. Rendir homenaje. Es la
respuesta del ser humano a la revelación de Dios por Jesucristo. La
adoración es la forma más alta de alabanza.
2. Dice el Señor:
- "Sitio de ángeles y santos os he reservado, no dudéis en
ocuparlo, no os resistáis, permaneced en él. Pero no olvidéis que todo es
gracia y todo es don. A este lugar sólo se llega por el camino del amor.
Solo se puede llegar empujados por él".
- "Vuestros pies están en la tierra, pero quiero que
viváis como embajadores del cielo en la tierra, como portadores de mi
verdad y del gozo y la dicha que os dejo contemplar por medio de la
adoración. No os quedéis lo que os estoy dando. Dad testimonio de lo que
vivís en la adoración. Hablad a otros de la adoración".
- "Os hago partícipes de mi Gloria, os incluyo entre la
multitud que postrada a mis pies me adora día y noche. Mi Hijo ha puesto
sus ojos en vosotros, mi Hijo os ha elegido para una misión importante,
estáis revestidos de mi Gloria, estáis revestidos de la Santidad que hay
en mi Trono, cuando estáis ante mi Trono ya no sois vosotros, porque os
envuelve mi presencia y mi santidad".
miércoles, 24 de octubre de 2012
martes, 16 de octubre de 2012
viernes, 12 de octubre de 2012
Convocatoria a la Misión Popular Diocesana del Año de la Fe
Convocatoria de monseñor Carlos José Tissera, obispo de Quilmes, a la Misión Popular Diocesana del Año de la Fe (11 de octubre de 2012)
A los presbíteros y diáconos,
religiosas y religiosos, consagradas y consagrados,
y todo el pueblo de Dios en nuestra Diócesis
Queridas hermanas y hermanos:
Hace apenas algunas semanas en Luján, a los pies de la Virgen, con la alegría del encuentro fraterno de los miles de peregrinos de nuestra diócesis, hemos iniciado el año de la fe. En una hermosa mañana y bajo un sol radiante les decía:
Nuestra Diócesis de Quilmes, en esta Peregrinación, cuyo lema es: «Caminando con la Virgen, renovamos nuestra fe», queremos iniciar el Año de la Fe , para conmemorar con la Iglesia Universal , como lo ha querido el Papa Benedicto, los 50 años de la apertura del Concilio Vaticano II, que será el próximo 11 de octubre. Es por eso que convoco a toda la Diócesis a una Misión popular diocesana para renovar la alegría de la fe, bajo el lema: «Renovemos la alegría de nuestro bautismo». Las distintas instancias de la Misión se desarrollarán a partir de febrero de 2013. A la Virgen de Luján encomiendo esta Misión en el Año de la fe. (Homilía en la 34 Peregrinación Diocesana a Luján, 9 de septiembre de 2012).
Hoy quiero invitarlos nuevamente a poner a nuestra diócesis en estado de misión. Durante los meses de octubre, noviembre y diciembre nos dedicaremos a preparar la Cuaresma y la Pascua de 2013 para celebrarlas en un clima de oración e intensa preparación espiritual de nuestras comunidades.
Teniendo en vista este propósito, les hago llegar algunas sugerencias, propuestas e indicaciones.
1. Los equipos parroquiales para la preparación de la misión y la catequesis de adultos 2013
Ninguna acción pastoral se realiza por el solo hecho de enunciarla en una carta. Esta invitación necesita de hermanos y hermanas que puedan organizarla y hacerla efectiva. Por eso, pido a los párrocos (o responsables de cada comunidad parroquial) que convoquen un equipo coordinador parroquial, formado por agentes de pastoral de distintas áreas. Este equipo será el encargado de recibir los materiales y subsidios enviados a toda la diócesis, adaptarlos a la realidad local y animar su puesta en práctica. Cada decanato, a su vez, realizará una reunión para organizar las distintas iniciativas.
2. Las visitas a las casas durante el inicio de la cuaresma 2013
Para el comienzo de la cuaresma les propongo ir casa por casa, visitando a los vecinos y entregándoles una carta de parte de la comunidad diocesana (parroquial) inspirada en el lema: Renovemos la alegría de nuestro bautismo. En los próximos meses les haremos llegar un modelo de esta carta. En ella, cada comunidad debería incluir la información sobre las actividades parroquiales o comunitarias más importantes (horarios, celebraciones, inscripciones para la catequesis, etc.) y, además, los horarios de las celebraciones y encuentros de la Semana Santa.
La carta incluirá, además, una invitación especial para las personas adultas que no hayan completado la iniciación cristiana (Bautismo, Confirmación y primera Comunión) y deseen hacerlo. En concreto, se las invitará a integrarse a una pequeña comunidad en la que tendrán lugar doce encuentros de catequesis entre el segundo domingo de Cuaresma y el domingo de Pentecostés. Los bautismos y primeras comuniones se celebrarán en la Vigilia Pascual de cada comunidad (en la noche del sábado 30 de marzo), y las confirmaciones se realizarán en una única celebración diocesana de la Vigilia de Pentecostés (el sábado 18 de mayo).
En la visita a las casas, ustedes podrán también invitar a los vecinos a tener una pequeña celebración de oración y bendición del hogar, en la cual podrán renovar su Profesión de fe.
Por su parte, la pastoral misionera diocesana les hará llegar próximamente un material que sirva para la preparación de misioneros y misioneras.
3. Las pequeñas comunidades para las catequesis de adultos
Les propongo también formar pequeñas comunidades para las catequesis que recibirán a los adultos. Cada parroquia y capilla podrá organizarlas con distintos horarios y, en lo posible, con dos o más alternativas para facilitar la participación.
A estas comunidades no solamente estarán invitadas las personas que no han completado la iniciación cristiana, sino todas aquellas que quieran profundizar su camino de fe y renovar la alegría del bautismo.
Serán 12 catequesis que se tendrán de marzo a mayo. La pastoral catequística y la pastoral bíblica diocesanas están preparando los materiales, que les llegarán próximamente.
Les recomiendo que busquen vivir estas iniciativas misioneras con alegría, cercanía y entusiasmo. Es una oportunidad para vivir la Iglesia que soñamos ser: abierta, fraterna, misionera y solidaria. Seamos sencillos y disponibles.
4. La participación en la liturgia
Los tiempos de cuaresma y pascua nos ofrecen una tónica catecumenal y mistagógica muy importante: son un camino concreto para redescubrir y celebrar el don de la fe, la gracia de nuestro bautismo, la vida nueva en Cristo. Por esta razón recibirán también un subsidio para preparar las celebraciones. Los invito a trabajar con esmero para hacer de nuestras celebraciones momentos significativos enriqueciendo los guiones, las oraciones, los cantos, y animando la participación de toda la comunidad.
5. El saludo de Adviento 2012 por decanato
Con el Consejo Presbiteral hemos pensado en proponer un lugar público, en cada decanato, donde yo pueda estar presente durante algunas horas saludando a los vecinos por la Navidad a lo largo del mes de diciembre de 2012. Les pido a los decanos concretar la propuesta disponiendo la fecha, el horario y el lugar, e invito a hermanos y hermanas de las distintas comunidades a acompañarme. Vengan con el mate y las guitarras a compartir este saludo navideño expresando la alegría de la fe.
6. Oración para la misión diocesana del Año de la Fe
Finalmente los invito a rezar desde hoy esta oración en todas las comunidades. Es expresión de nuestra confianza en Jesús, de nuestro amor a la Trinidad y del espíritu con el que queremos vivir la misión diocesana. Tal vez puedan integrarla en cada eucaristía o celebración de la Palabra del domingo, como conclusión de la oración universal o bien después de la comunión. Los invito también a rezarla en otros encuentros y celebraciones de la comunidad, e incluso en nuestras casas.
A los presbíteros y diáconos,
religiosas y religiosos, consagradas y consagrados,
y todo el pueblo de Dios en nuestra Diócesis
Queridas hermanas y hermanos:
Hace apenas algunas semanas en Luján, a los pies de la Virgen, con la alegría del encuentro fraterno de los miles de peregrinos de nuestra diócesis, hemos iniciado el año de la fe. En una hermosa mañana y bajo un sol radiante les decía:
Nuestra Diócesis de Quilmes, en esta Peregrinación, cuyo lema es: «Caminando con la Virgen, renovamos nuestra fe», queremos iniciar el Año de la Fe , para conmemorar con la Iglesia Universal , como lo ha querido el Papa Benedicto, los 50 años de la apertura del Concilio Vaticano II, que será el próximo 11 de octubre. Es por eso que convoco a toda la Diócesis a una Misión popular diocesana para renovar la alegría de la fe, bajo el lema: «Renovemos la alegría de nuestro bautismo». Las distintas instancias de la Misión se desarrollarán a partir de febrero de 2013. A la Virgen de Luján encomiendo esta Misión en el Año de la fe. (Homilía en la 34 Peregrinación Diocesana a Luján, 9 de septiembre de 2012).
Hoy quiero invitarlos nuevamente a poner a nuestra diócesis en estado de misión. Durante los meses de octubre, noviembre y diciembre nos dedicaremos a preparar la Cuaresma y la Pascua de 2013 para celebrarlas en un clima de oración e intensa preparación espiritual de nuestras comunidades.
Teniendo en vista este propósito, les hago llegar algunas sugerencias, propuestas e indicaciones.
1. Los equipos parroquiales para la preparación de la misión y la catequesis de adultos 2013
Ninguna acción pastoral se realiza por el solo hecho de enunciarla en una carta. Esta invitación necesita de hermanos y hermanas que puedan organizarla y hacerla efectiva. Por eso, pido a los párrocos (o responsables de cada comunidad parroquial) que convoquen un equipo coordinador parroquial, formado por agentes de pastoral de distintas áreas. Este equipo será el encargado de recibir los materiales y subsidios enviados a toda la diócesis, adaptarlos a la realidad local y animar su puesta en práctica. Cada decanato, a su vez, realizará una reunión para organizar las distintas iniciativas.
2. Las visitas a las casas durante el inicio de la cuaresma 2013
Para el comienzo de la cuaresma les propongo ir casa por casa, visitando a los vecinos y entregándoles una carta de parte de la comunidad diocesana (parroquial) inspirada en el lema: Renovemos la alegría de nuestro bautismo. En los próximos meses les haremos llegar un modelo de esta carta. En ella, cada comunidad debería incluir la información sobre las actividades parroquiales o comunitarias más importantes (horarios, celebraciones, inscripciones para la catequesis, etc.) y, además, los horarios de las celebraciones y encuentros de la Semana Santa.
La carta incluirá, además, una invitación especial para las personas adultas que no hayan completado la iniciación cristiana (Bautismo, Confirmación y primera Comunión) y deseen hacerlo. En concreto, se las invitará a integrarse a una pequeña comunidad en la que tendrán lugar doce encuentros de catequesis entre el segundo domingo de Cuaresma y el domingo de Pentecostés. Los bautismos y primeras comuniones se celebrarán en la Vigilia Pascual de cada comunidad (en la noche del sábado 30 de marzo), y las confirmaciones se realizarán en una única celebración diocesana de la Vigilia de Pentecostés (el sábado 18 de mayo).
En la visita a las casas, ustedes podrán también invitar a los vecinos a tener una pequeña celebración de oración y bendición del hogar, en la cual podrán renovar su Profesión de fe.
Por su parte, la pastoral misionera diocesana les hará llegar próximamente un material que sirva para la preparación de misioneros y misioneras.
3. Las pequeñas comunidades para las catequesis de adultos
Les propongo también formar pequeñas comunidades para las catequesis que recibirán a los adultos. Cada parroquia y capilla podrá organizarlas con distintos horarios y, en lo posible, con dos o más alternativas para facilitar la participación.
A estas comunidades no solamente estarán invitadas las personas que no han completado la iniciación cristiana, sino todas aquellas que quieran profundizar su camino de fe y renovar la alegría del bautismo.
Serán 12 catequesis que se tendrán de marzo a mayo. La pastoral catequística y la pastoral bíblica diocesanas están preparando los materiales, que les llegarán próximamente.
Les recomiendo que busquen vivir estas iniciativas misioneras con alegría, cercanía y entusiasmo. Es una oportunidad para vivir la Iglesia que soñamos ser: abierta, fraterna, misionera y solidaria. Seamos sencillos y disponibles.
4. La participación en la liturgia
Los tiempos de cuaresma y pascua nos ofrecen una tónica catecumenal y mistagógica muy importante: son un camino concreto para redescubrir y celebrar el don de la fe, la gracia de nuestro bautismo, la vida nueva en Cristo. Por esta razón recibirán también un subsidio para preparar las celebraciones. Los invito a trabajar con esmero para hacer de nuestras celebraciones momentos significativos enriqueciendo los guiones, las oraciones, los cantos, y animando la participación de toda la comunidad.
5. El saludo de Adviento 2012 por decanato
Con el Consejo Presbiteral hemos pensado en proponer un lugar público, en cada decanato, donde yo pueda estar presente durante algunas horas saludando a los vecinos por la Navidad a lo largo del mes de diciembre de 2012. Les pido a los decanos concretar la propuesta disponiendo la fecha, el horario y el lugar, e invito a hermanos y hermanas de las distintas comunidades a acompañarme. Vengan con el mate y las guitarras a compartir este saludo navideño expresando la alegría de la fe.
6. Oración para la misión diocesana del Año de la Fe
Finalmente los invito a rezar desde hoy esta oración en todas las comunidades. Es expresión de nuestra confianza en Jesús, de nuestro amor a la Trinidad y del espíritu con el que queremos vivir la misión diocesana. Tal vez puedan integrarla en cada eucaristía o celebración de la Palabra del domingo, como conclusión de la oración universal o bien después de la comunión. Los invito también a rezarla en otros encuentros y celebraciones de la comunidad, e incluso en nuestras casas.
Oración para la misión diocesana del año de la fe
Señor, ayudanos a renovar la alegría de nuestro bautismo.
Señor Jesús, Hijo amado del Padre,
consagrado por la unción del Espíritu,
creemos en tu Buena Noticia:
creemos en Dios, que es Amor y Comunión.
Señor Jesús,
al descubrir tus gestos y palabras,
al contemplar tu vida entregada y resucitada,
abrís nuestros ojos al amor del Padre
y nuestros corazones a la obra del Espíritu...
y, poco a poco, se transforman nuestras vidas.
Por eso, junto a la Virgen de Luján, nuestra Madre,
con humilde confianza te pedimos:
Conducinos hacia las fuentes de la fe,
ayudanos a renovar la alegría de nuestro bautismo,
enseñanos a vivir cada vez más profundamente
nuestra comunión de pueblo creyente,
y envianos —con la fuerza y la dulzura del Espíritu—
al encuentro de cada hombre y mujer,
atentos a sus inquietudes y esperanzas,
disponibles para escuchar y comprender,
cercanos para animar y acompañar.
Y así, con tantas generaciones de creyentes que nos precedieron,
podremos decir una vez más al Dios uno y tres veces santo:
Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo,
como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén.
Señor Jesús, Hijo amado del Padre,
consagrado por la unción del Espíritu,
creemos en tu Buena Noticia:
creemos en Dios, que es Amor y Comunión.
Señor Jesús,
al descubrir tus gestos y palabras,
al contemplar tu vida entregada y resucitada,
abrís nuestros ojos al amor del Padre
y nuestros corazones a la obra del Espíritu...
y, poco a poco, se transforman nuestras vidas.
Por eso, junto a la Virgen de Luján, nuestra Madre,
con humilde confianza te pedimos:
Conducinos hacia las fuentes de la fe,
ayudanos a renovar la alegría de nuestro bautismo,
enseñanos a vivir cada vez más profundamente
nuestra comunión de pueblo creyente,
y envianos —con la fuerza y la dulzura del Espíritu—
al encuentro de cada hombre y mujer,
atentos a sus inquietudes y esperanzas,
disponibles para escuchar y comprender,
cercanos para animar y acompañar.
Y así, con tantas generaciones de creyentes que nos precedieron,
podremos decir una vez más al Dios uno y tres veces santo:
Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo,
como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén.
Queridas hermanas y queridos hermanos: Este Año de la Fe, que comenzamos a vivir, es sin duda una oportunidad y una gracia. Oportunidad para salir al encuentro de quienes viven en nuestros barrios y ciudades; oportunidad para volver al encuentro con Cristo, ese encuentro que despierta nuestra fe; oportunidad para renovar nuestro «sí», como la Virgen, al Dios de Amor que nos convoca y nos da vida. Gracia de nuestro Padre Dios, que nos invita a renovar la alegría de ser hijas e hijos suyos; gracia de nuestro Salvador Jesús, que nos invita a ir nuevamente hacia las fuentes de la fe; gracia del Espíritu que nos impulsa, nos alienta y reaviva nuestra confianza.
Encomendémonos a la bondadosa intercesión del Beato Juan XXIII, quien convocó al Concilio Vaticano II, para que seamos dóciles al soplo del Espíritu y permanezcamos atentos a los signos de los tiempos como lo hizo él.
Reciban mi saludo y mi bendición.
Mons. Carlos José Tissera, obispo de Quilmes
Quilmes, 11 de octubre 2012
50 Aniversario de la apertura del Concilio Vaticano II
Encomendémonos a la bondadosa intercesión del Beato Juan XXIII, quien convocó al Concilio Vaticano II, para que seamos dóciles al soplo del Espíritu y permanezcamos atentos a los signos de los tiempos como lo hizo él.
Reciban mi saludo y mi bendición.
Mons. Carlos José Tissera, obispo de Quilmes
Quilmes, 11 de octubre 2012
50 Aniversario de la apertura del Concilio Vaticano II
miércoles, 10 de octubre de 2012
Oración para la misión diocesana del año de la fe
Señor, ayúdanos a renovar la
alegría de nuestro bautismo.
Señor Jesús, Hijo amado del
Padre,
consagrado por la unción del
Espíritu,
creemos en tu Buena Noticia:
creemos en Dios, que es Amor
y Comunión.
Señor Jesús,
al descubrir tus gestos y
palabras,
al contemplar tu vida
entregada y resucitada,
abrís nuestros ojos al amor
del Padre
y nuestros corazones a la
obra del Espíritu...
y, poco a poco, se
transforman nuestras vidas.
Por eso, junto a la Virgen de
Luján, nuestra Madre,
con humilde confianza te
pedimos:
Condúcenos hacia las fuentes
de la fe,
ayúdanos a renovar la alegría
de nuestro bautismo,
enséñanos a vivir cada vez
más profundamente
nuestra comunión de pueblo
creyente,
y envíanos —con la fuerza y
la dulzura del Espíritu—
al encuentro de cada hombre y
mujer,
atentos a sus inquietudes y
esperanzas,
disponibles para escuchar y
comprender,
cercanos para animar y
acompañar.
Y así, con tantas
generaciones de creyentes que nos precedieron,
podremos decir una vez más al
Dios uno y tres veces santo:
Gloria al Padre y al Hijo y
al Espíritu Santo,
como era en el principio,
ahora y siempre,
por los siglos de los siglos.
Amén.
lunes, 6 de agosto de 2012
USA TU MAUSE: CATECISMO DE LA IGLESIA CATOLICA
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